Sidgurd sentado al lado de de la llamas doradas de la hoguera, arrojo con cuidado la tercera pinta que se tomaba a la salud del tabernero y dijo.
-Buena es la cerveza sin aguar, pues la cerveza aguada es como un guerrero sin valor, un caballo sin pezuñas de hierro y un mujer con una chirla seca, lo cual me recuerda a que en los tiempos antiguos hubo alguien que me conto a traves de ecos antiguos extraños relatos a cerca de una tierra anegada por la ceniza, esa tierra se llamaba Morrowind y mucho antes que Trinimac y los suyos las colonizaran con el bronce y los automatas, hubo una vez una extraña raza que vivia a los bordes del rio Duelo, donde mas tardes los elfos oscuros construirian esos templos que dedicaron a las falsas deidades del Tribunal. era una raza pequeña de aspecto anfibio, pero nada parecido a los crueles nagas o los debiles argonianos, pues venian de razas bestiales que habian evolucionado del barro de Nirn.
-Cuenta esa historia, señor Sidgurd.
-Pues bien empieza asi....
``Hacia tiempo, mucho de ello, cuando Lorkhan engaño a los dioses para construir Arena, una de las multiples razas primordiales que brotaban del barro dador de vida de Shor, se alzaron y construyeron enormes civilizaciones las cuales sin embargo fueorn destruidas por los mer, el pueblo elfo. y era en uno de esos lugares donde Lethanil, el bardo elfico corrio grandes aventuras pues en las entrañas de la tierra fangosa se hundia la huella de viejas civilizaciones ya muertas. el bardo a capa y espada descendio por los enormes bajios del Ceniza y llego a donde las cavernas del Sund Occidental y Duelo se besan como enamorados.
alli se encontro con un sobreviviente de esta raza, Th´´oghl se llamaba era feo y escamoso como todo su pueblo pero sabio y sabido de grandes historias mereticas. Juntos elfo y anfibio, recorrieron las ruinas del lugar y encontraron una enorme espada de empuñadora dorada. La espada se llamaba Flamigera y habia sido perdicion de la raza de esta raza, pues el caudillo de estos elfos la habia blandido provocando grandes matanzas con ella.
aun asi el elfo se sintio tentado de coger la espada y el anfibio le advirtio que era un arma maldita, pues se decia que la habian forjado los Tsaesci de Akavir, el pueblo de los hombres-serpiente, los bebedores de sangre. desantendiendo el consejo de su amigo, cogio la espada y en un extraño impulso la espada cobro consciencia y atraveso al anfibio y lleno de pena, el elfo enterro a ultimo sobreviviente de la raza verde.
despues de esto recorrio todo El Duelo y lo que hoy seria Morrowind hasta alcanzar la isla de Soltheim desde donde cogio un barco, para partir hacia Akavir donde se habia forjado aquel arma del demonio.
Grandes peligros le persiguieron en su ventura, pues el kraken y el leviatan se alzaron en su camino pero la horrenda espada los asustaba como el aliento de la Madre Fatua a un pederdino adultero. cuando desembarco los kamals, los demonios de las garras heladas lo capturaron pues ellos no temian a las armas de los hombres serpiente sin embargo, cuando estuvo a punto de ser devorado Pao-Pao rey de los hombres mono de Tang Mo lo rescataron pues odiaban a los demonios mucho mas de lo que puede odiar un hombre. cruzaron selvas y se escondieron de los dragones negros de los Tsaesci, pues estos eran esclavos de la raza de los hombres serpiente y si los hubieran visto seguramente los hubiera devorado y robado el arma. despues de treinta dias y treinta noches llegaron a los fulgurentes palacios de Ka Po Tun donde los tigres-dragon gobernaban con puño de hierro y guante de seda. Tosh Raka el Dragon Ryado y el ser mas grande de todo Tamriel los recibio en su Palacio de Jade y les pregunto el motivo de su visita. Lethaniel le dijo que queria deshacerse de Flamenber pues era un alma maldita y podria traer el mal a su raza. el Gran Dragon con una sonrisa apenada le constesto, que ese arma era la Matadragones y que muchos de su raza caido ante esa arma maldita y que la unica forma de sellar el poder del arma era con la sangre de uno mismo. Lethaniel ante esto volvio a su tierra natal y vivio temeroso del arma por el resto de sus dias, pero si se hubiera dado cuenta que la maldicion facilmente hubiera desaparecido si hubiera de portar el arma en todo momento o la hubiera arrojado al mar no hubiera tenido que preocuparse por ello´´
-Que final mas tonto. Dijo Cvir.
-Bueno, precisamente eso es lo que se quiere aclarar, que en vez de tanta tonteria y tantos viajes inutiles en busqueda de curas imposibles, la solucion mas practica hubiera sido la solucion idonea. Sidgurd rio. Es una satira en verdad, acerca de la futilidad y las tontas busquedas que emprenden algunos heroes, pero bueno si sus señorias me pueden prestar un segundo mas de atencion podre contarles otra historia, una de amor y odio la cual alguna veces es dificil de diferenciar.
Continuara